Los millennials están "a gusto" en casa de sus padres, pero sueñan con una casa de tres dormitorios y dos baños.
Los jóvenes que se independizan prefieren hacerlo en pareja // Albert Bertran.
El acceso de los millennials, y generaciones posteriores, a la vivienda es cada vez más complicado. Los bajos salarios, la precariedad laboral y los altos precios de las casas dificultan que los jóvenes puedan independizarse de sus padres. De hecho, Colombia es, el país donde más tarde “abandonan el nido” a los 29 años. A pesar de que no puedan tener una vivienda, sí que pueden soñar con ella. Los millennials tienen su casa soñada.
Dónde y cómo les gustaría vivir a los jóvenes?. Dos tercios de los entrevistados quieren que la primera vivienda al independizarse sea en la misma ciudad donde habitualmente viven.
Casi 4 de cada 10 (37%) afirman que les gustaría que su primera vivienda estuviera en zonas periféricas del centro de su ciudad (zonas aledañas al centro, bien comunicadas y con todo tipo de servicios) mientras que un 29% preferirían vivir en el centro. Tan sólo un 10% de los jóvenes han señalado el extrarradio de las urbes como su lugar ideal para vivir.
En el caso de que encontraran una vivienda que se ajuste a su presupuesto, 3 de cada 10 renunciaría a que la vivienda se ubique en el centro. Otros aspectos a los que se muestran dispuestos a renunciar son la proximidad a zonas deportivas o de ocio (18%), o a extras de la vivienda como la terraza, el garaje o el trastero (17%).
En cuanto al tipo de vivienda, 6 de cada 10 optan por un piso en un edificio como la opción preferida en el momento de independizarse. Los jóvenes colombianos no independizados lo tienen claro a la hora de dar el salto hacia la independencia: su primera vivienda debería tener una superficie de 75 metros cuadrados, tres dormitorios y dos cuartos de baño. La calidad de la construcción (54,4%), el acceso al transporte público (43,9%) y el grado de eficiencia energética (41,1%) los tres factores más importantes que tendrían en cuenta a la hora de establecerse en su primera vivienda fuera del hogar familiar.
Por lo que respecta, a la distribución de su primera vivienda en el momento de independizarse, 6 de cada 10 jóvenes preferirían que tuviera un salón grande y habitaciones pequeñas. Además, a más de un 70% de los jóvenes les gustaría que la cocina y el salón estuvieran en zonas independientes. Asimismo, también es importante el garaje, para un 35% de los jóvenes.
“El análisis de esta realidad social de la juventud en su contexto global ha de llevar a todos los agentes involucrados como las promotoras e inversores a ofrecer alternativas flexibles y accesibles, adecuadas a sus condiciones económicas, sus expectativas, sus hábitos de convivencia y los procesos de transición hacia la vivienda definitiva”, añade Sousa.
Propiedad antes que alquiler
La opción del alquiler es más valorada por el segmento más joven, por debajo de los 24 años que alcanza el 35%. Sin embargo, la realidad es que el 59% de los jóvenes independizados viven en una casa de alquiler. El alquiler se muestra, así, como la vía posible en la primera etapa del proceso de la independencia, pero es encarado como una alternativa temporal.
¿Cómo viven ahora los jóvenes?
Hoy en día, el 40,2% de los jóvenes menores de 34 años vive con sus padres. La edad media de independencia se ha establecido en los 29 años, tres más tarde que la media europea. La segunda fórmula de vida más común para este segmento de población es la convivencia en pareja, tal y como confirman 3 de cada 10 entrevistados. Con una diferencia de más de 15 puntos porcentuales, se señalan otras opciones como la vivienda compartida con compañeros/amigos (15%) o de forma completamente independiente (8%). La casa de otros familiares, las residencias de estudiantes y colegios mayores o los espacios coliving han obtenido una representación minoritaria. Entre la comodidad y la frustración.
Para los jóvenes colombianos, la casa de sus padres es un nido confortable del que cuesta salir puntuándolo con una media de 7,4 en una escala de 0 a 10 puntos. Pero, aun así, la independencia es un deseo insatisfecho por la falta de recursos económicos para ello. Esto lleva a que 8 de cada 10 afirman que no viven donde les gustaría. El motivo principal es la falta de oferta de viviendas cuyos precios se ajusten a su capacidad económica, a pesar de que un 40% de estos jóvenes trabajen sus ingresos no son suficientes para vivir de forma independiente, impidiéndoles tener la casa deseada y vivir donde les gustaría.
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